Madre María Dominga Mazzarello
Vocación,
amor por Don Bosco y servicio a los jóvenes
María Dominga Mazzarello, nació
en Mornese (norte de Italia), el 9 de mayo de 1837, siendo la mayor
de los diez hijos de José y María Magdalena Mazzarello. Desde niña ayudó a
su madre cuidando de sus hermanos menores y de los quehaceres domésticos, más tarde se encargaría de una gran familia
religiosa. Cuando tuvo edad comenzó a ir a la catequesis y a
los dieciséis años se inscribió en la Pía Unión de las Hijas de la
Inmaculada. María sobresalía en las aulas de catecismo e hizo
su primera comunión en 1850. El 5 de agosto de 1872 el padre Pestarino reunió
a las Hijas de María Inmaculada para elegir la primera superiora y
once jóvenes hacen los votos religiosos. No fue sencillo elegir a la superiora
y María Dominga ni lo pensaba, pero era precisamente en ella en la que Don
Bosco tenía su intención. Aceptó ser la Vicaria y por fin en 1874 llegó a
ser la primera Madre General,
aunque continúo a decir que era la Vicaria porque la superiora era María Auxiliadora.
Desde entonces María Dominga sería conocida en la historia y en el mundo
salesiano como Madre Mazzarello.
El 8 de septiembre de 1877, recibe una
carta de Don Bosco para que las salesianas participen en las misiones en América. Son
elegidas seis salesianas y Madre Mazzarello decide acompañarlas hasta Roma. Allí, el papa Pío IX, las recibió
en audiencia privada.
Don Bosco fue
sin duda un visionario y ella una mujer que demostraría bien pronto como
superiora del nuevo Instituto la sabiduría pragmática del campesino unida a su
carácter decidido y al evidente conocimiento y práctica de los valores
cristianos. De Madre Mazzarello se conservan sus cartas, anécdotas e
innumerables pensamientos dichos a las primeras hermanas que serían celosamente
conservadas por la tradición salesiana y que contribuirían a conocer la
personalidad de la piedra angular del Instituto de Hijas de María Auxiliadora. Su gran sencillez y su
vida consagrada a la formación de la versión femenina del sistema preventivo de
Don Bosco, le abrieron las puertas a la santidad, reconocida por la Iglesia católica en 1951. La fundación
de las salesianas fue una respuesta pastoral de Don Bosco a la necesidad de
muchas jóvenes obreras o necesitadas que vivían las consecuencias de la revolución industrial en
el Piamonte del siglo XIX y a
lo cual Madre Mazzarello se dedicó con notable empeño.

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