Madre María Dominga Mazzarello
Vocación,
amor por Don Bosco y servicio a los jóvenes
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El 8 de septiembre de 1877, recibe una
carta de Don Bosco para que las salesianas participen en las misiones en América. Son
elegidas seis salesianas y Madre Mazzarello decide acompañarlas hasta Roma. Allí, el papa Pío IX, las recibió
en audiencia privada.
Don Bosco fue
sin duda un visionario y ella una mujer que demostraría bien pronto como
superiora del nuevo Instituto la sabiduría pragmática del campesino unida a su
carácter decidido y al evidente conocimiento y práctica de los valores
cristianos. De Madre Mazzarello se conservan sus cartas, anécdotas e
innumerables pensamientos dichos a las primeras hermanas que serían celosamente
conservadas por la tradición salesiana y que contribuirían a conocer la
personalidad de la piedra angular del Instituto de Hijas de María Auxiliadora. Su gran sencillez y su
vida consagrada a la formación de la versión femenina del sistema preventivo de
Don Bosco, le abrieron las puertas a la santidad, reconocida por la Iglesia católica en 1951. La fundación
de las salesianas fue una respuesta pastoral de Don Bosco a la necesidad de
muchas jóvenes obreras o necesitadas que vivían las consecuencias de la revolución industrial en
el Piamonte del siglo XIX y a
lo cual Madre Mazzarello se dedicó con notable empeño.
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